plantea que la experiencia personal
implica por una parte una realidad golpeada, herida, vulnerada
y por otra, un
potencial reflejado en un “pozo” de posibilidades, un conjunto de fuerzas
positivas.
En la medida en la que te des cuenta de lo que brota de tu parte vulnerada y la vayas sanando, y te des cuenta de la riqueza que hay en tu pozo y lo vayas potenciando, te irás conociendo, irás creciendo y descubriendo tu verdad más honda... y a la vez, al ser una persona modificada por dentro, irás modificando las estructuras de la historia.
Tomado de Fe y Alegría (2003). Ser Persona en Plenitud.
Programa Internacional de Formación de Educadores Populares.
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