Las reacciones desproporcionadas es otra forma en que afloran las heridas en nuestra
vida.


Son frases típicas de las personas con reacciones desproporcionadas:
“ya no aguanto más”, “ésta fue la gota que derramó el vaso de agua”, “yo tengo
un límite y ya lo han traspasado” o “déjame en paz” o “me van a hacer daño”,
entre otras.
En algunos
casos, mis reacciones desproporcionadas afloran ante la persona que menos tiene
que ver con mis heridas y hago que pague por algo que no ha hecho.
Para
reflexionar es bueno preguntarme:
¿De qué me acusan más las
otras personas?
¿Cómo me he sentido cuando
han reaccionado desproporcionadamente conmigo?
¿Cómo he actuado
después de herir a otra persona con mi reacción desproporcionada?